Panecillos de semillas | Receta

Pon las semillas de calabaza, las de girasol, las de lino y las de chía en un bol y cúbrelas con agua caliente. Déjalas reposar durante 10 minutos para que se hinchen. Escúrrelas en un colador y resérvalas.

Mezcla la miel en un bol grande con 150 ml de agua. Desmenuza la levadura en el bol y mezcla todo bien con unas varillas. Añade el resto de los ingredientes a la mezcla, mézclalos amasa la masa durante 5 minutos hasta que esté uniforme y se pueda trabajar (es posible que aún se pegue ligeramente).

Cubre la masa con un paño húmedo y déjala reposar en un lugar cálido durante 45 minutos.

Una vez transcurrido el tiempo, vuelve a amasar la masa y divídela en bolas de unos 50-80 g. Coloca las bolas de masa, separadas unas de otras, en una bandeja de horno con papel de hornear. Vuelve a cubrirlas con un paño húmedo y espera otros 60 minutos para que suban.

Precalienta el horno a 190 °C (calor arriba y abajo). Casca el huevo en un bol y bátelo. Utiliza un cuchillo afilado para hacer un corte diagonal en los panecillos. Pinta los bollos con el huevo y echa por encima a modo de topping las semillas. Nada más meter los panecillos en el horno, vierte un vaso de agua en la base del horno y cierra la puerta inmediatamente. Hornéalos durante 20 minutos. Tras los 10 primeros minutos, abre la puerta y deja salir el vapor.

Consejo: el primer paso de reposo para que la masa suba no es absolutamente necesario, pero ayuda a que los panecillos queden un poco más esponjosos. Además, también hace que la masa sea más fácil de trabajar. Si no tienes tiempo, no te preocupes, ya que puedes omitir este paso perfectamente.

Consejo: la creatividad no tiene límites. Puedes elegir los cereales o frutos secos que más te gusten: piñones, semillas de cáñamo, nueces... ¡Casi todo queda bien en el pan!

Consejo: estos panecillos también son ideales para congelar. Para comerlos después de congelarlos, solo tienes que meterlos sin descongelar al horno a 160 ºC. ¡Quedan riquísimos!